Koji
2007-05-30 14:17:26 UTC
Los cristianos sostienen que sólo un hombre en la historia, Jesús,
cumplió las profecías del Antiguo Testamento con respecto al Mesías.
Desde su perspectiva, sólo él satisface todos los requisitos que se
deben cumplir para ser el anunciado salvador de la humanidad.
Pero, los hechos confirman esta afirmación? Puede Jesús decir
ciertamente que él es el Mesías descrito en el Antiguo Testamento?
Esta pregunta puede contestarse analizando las profecías que parecen dar
el mayor apoyo a esta afirmación. Entre las que suelen mencionarse,
estan las de Isaías 7, Miqueas 5 e Isaías 53.
Si éstas no resisten un análisis crítico, si no pueden aplicarse a
Jesús, ninguna profecía puede.
Miqueas 5:2, por ejemplo, dice: "Mas tú, Belén Efrata, pequeña para ser
en los millares de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel."
Los cristianos sonríen de gusto ante el hecho de que el nacimiento de
Jesús en Belén parezca haber sido predicho siglos antes de ocurrir.
Pero, si hubieran leído más, habrían visto que Belén era el nombre de un
hombre cuyo padre se llamaba Efrata.
1 Crónicas 4:4 dice: "Estos fueron los hijos de Hur, primogénito de
Efrata, padre de Belén."
1 Crónicas 2:50 también muestra que Belén era un descendiente de Efrata.
Y, dado que ni Belén ni Efrata aparecen en las genealogías de Mateo 1 o
Lucas 3, no pudieron ser antepasados de Jesús, y Jesús no pudo ser el
Señor anunciado.
Belén es el nombre de un hombre y el nombre de una ciudad.
Otro problema con Miqueas 5:2 está en que en Belén han nacido miles de
niños, pero eso no le da a ninguno de ellos el derecho de llamarse Mesías.
Tercero, Jesús nunca gobernó Israel. Muy al contrario, él fue sometido y
llevado a la muerte. Miqueas 5:2 continúa: "... y sus salidas son desde
el principio, desde los días del siglo."
Algunas versiones traducen "desde la eternidad", pero ésa no es una
traducción correcta. La palabra hebrea significa desde el principio,
igual que en Amós 9:11, Isaías 63:9, Malaquías 3:4 y Deuteronomio 32:7.
Ningún escritor judío del Antiguo Testamento dijo que el Mesías fuera
divino o que su origen fuera la eternidad. La traducción literal del
hebreo es "desde los días de épocas antiguas".
No sólo el texto hebreo masorético, sino varias versiones cristianas
dicen "desde los días pasados".
Aunque estas ediciones hayan traducido correctamente este verso hebreo,
han caído en un dilema. ¿Cómo podría "desde los días pasados" referirse
a Jesús, si él es supuestamente Dios, y Dios existe desde antes de los
días pasados? Dios es eterno, sin comienzo.
Miqueas 5:4 dice: "y asentarán; porque ahora será engrandecido hasta los
fines de la tierra".
Este verso muestra que el Mesías traerá paz y seguridad al mundo, como
dice Isaías 2:4. Pero, si este verso se refiere a Jesús, ¿por qué no
trajo la paz? Más importante aún es que Jesús dijo que que no había
venido a traer paz, sino una espada (Mateo 10:34).
Pero el verso verdaderamente crucial es Miqueas 5:6, que dice: "... y
nos librará del Asirio, cuando viniere contra nuestra tierra...".
Si algún verso prueba que el quinto capítulo de Miqueas no tiene nada
que ver con Jesús, éste es.
En primer lugar, Nínive, la capital de Asiria, fue destruida, y con ella
el poder asirio, 606 años antes de que naciera Jesús.
Segundo, Jesús nunca fue un líder militar.
Tercero, quienes conquistaron la tierra de Judá en tiempos de Jesús no
fueron los asirios, sino los romanos.
Jesús se opuso a los romanos, no a los asirios.
Finalmente, Jesús no expulsó a nadie, en especial a los romanos.
Al contrario, ellos firmaron su ejecución.
cumplió las profecías del Antiguo Testamento con respecto al Mesías.
Desde su perspectiva, sólo él satisface todos los requisitos que se
deben cumplir para ser el anunciado salvador de la humanidad.
Pero, los hechos confirman esta afirmación? Puede Jesús decir
ciertamente que él es el Mesías descrito en el Antiguo Testamento?
Esta pregunta puede contestarse analizando las profecías que parecen dar
el mayor apoyo a esta afirmación. Entre las que suelen mencionarse,
estan las de Isaías 7, Miqueas 5 e Isaías 53.
Si éstas no resisten un análisis crítico, si no pueden aplicarse a
Jesús, ninguna profecía puede.
Miqueas 5:2, por ejemplo, dice: "Mas tú, Belén Efrata, pequeña para ser
en los millares de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel."
Los cristianos sonríen de gusto ante el hecho de que el nacimiento de
Jesús en Belén parezca haber sido predicho siglos antes de ocurrir.
Pero, si hubieran leído más, habrían visto que Belén era el nombre de un
hombre cuyo padre se llamaba Efrata.
1 Crónicas 4:4 dice: "Estos fueron los hijos de Hur, primogénito de
Efrata, padre de Belén."
1 Crónicas 2:50 también muestra que Belén era un descendiente de Efrata.
Y, dado que ni Belén ni Efrata aparecen en las genealogías de Mateo 1 o
Lucas 3, no pudieron ser antepasados de Jesús, y Jesús no pudo ser el
Señor anunciado.
Belén es el nombre de un hombre y el nombre de una ciudad.
Otro problema con Miqueas 5:2 está en que en Belén han nacido miles de
niños, pero eso no le da a ninguno de ellos el derecho de llamarse Mesías.
Tercero, Jesús nunca gobernó Israel. Muy al contrario, él fue sometido y
llevado a la muerte. Miqueas 5:2 continúa: "... y sus salidas son desde
el principio, desde los días del siglo."
Algunas versiones traducen "desde la eternidad", pero ésa no es una
traducción correcta. La palabra hebrea significa desde el principio,
igual que en Amós 9:11, Isaías 63:9, Malaquías 3:4 y Deuteronomio 32:7.
Ningún escritor judío del Antiguo Testamento dijo que el Mesías fuera
divino o que su origen fuera la eternidad. La traducción literal del
hebreo es "desde los días de épocas antiguas".
No sólo el texto hebreo masorético, sino varias versiones cristianas
dicen "desde los días pasados".
Aunque estas ediciones hayan traducido correctamente este verso hebreo,
han caído en un dilema. ¿Cómo podría "desde los días pasados" referirse
a Jesús, si él es supuestamente Dios, y Dios existe desde antes de los
días pasados? Dios es eterno, sin comienzo.
Miqueas 5:4 dice: "y asentarán; porque ahora será engrandecido hasta los
fines de la tierra".
Este verso muestra que el Mesías traerá paz y seguridad al mundo, como
dice Isaías 2:4. Pero, si este verso se refiere a Jesús, ¿por qué no
trajo la paz? Más importante aún es que Jesús dijo que que no había
venido a traer paz, sino una espada (Mateo 10:34).
Pero el verso verdaderamente crucial es Miqueas 5:6, que dice: "... y
nos librará del Asirio, cuando viniere contra nuestra tierra...".
Si algún verso prueba que el quinto capítulo de Miqueas no tiene nada
que ver con Jesús, éste es.
En primer lugar, Nínive, la capital de Asiria, fue destruida, y con ella
el poder asirio, 606 años antes de que naciera Jesús.
Segundo, Jesús nunca fue un líder militar.
Tercero, quienes conquistaron la tierra de Judá en tiempos de Jesús no
fueron los asirios, sino los romanos.
Jesús se opuso a los romanos, no a los asirios.
Finalmente, Jesús no expulsó a nadie, en especial a los romanos.
Al contrario, ellos firmaron su ejecución.