jac
2005-01-19 23:22:15 UTC
La Iglesia avaló los vuelos «para dar muerte cristiana a los desaparecidos»
Adolfo Scilingo no respondió pero sus silencios no impidieron que la
Audiencia Nacional escuchara cómo la dictadura argentina gestó la idea de
una gran operación para hacer desaparecer a millares de opositores al
régimen de las Juntas Militares. Ante la farsa del acusado, la fiscal pidió
que se leyeran algunos pasajes de las primeras declaraciones que el ex
militar realizó ante el juez Baltasar Garzón en octubre de 1997, cuando
llegó a España como supuesto «arrepentido» y dispuesto a convertirse en
«testigo protegido» -y no en imputado- del 'caso de los desaparecidos' que
el magistrado acababa de inaugurar.
El problema surgió, según la declaración leída de Scilingo, cuando los
detenidos se multiplicaron en los centros clandestinos, sin que la Armada
hubiera previsto un plan para hacerlos desaparecer.
Fue entonces -según el imputado- cuando la jerarquía eclesiástica propuso a
la cúpula militar una fórmula para deshacerse de los disidentes con una
«muerte cristiana»: subir a los subversivos a aviones sin que nunca llegaran
a su destino. La Iglesia, según Scilingo, consideraba una muerte digna los
'vuelos de la muerte'.
http://servicios.larioja.com/pg050115/prensa/noticias/Espana/200501/15/RIO-E
SP-067.html
Adolfo Scilingo no respondió pero sus silencios no impidieron que la
Audiencia Nacional escuchara cómo la dictadura argentina gestó la idea de
una gran operación para hacer desaparecer a millares de opositores al
régimen de las Juntas Militares. Ante la farsa del acusado, la fiscal pidió
que se leyeran algunos pasajes de las primeras declaraciones que el ex
militar realizó ante el juez Baltasar Garzón en octubre de 1997, cuando
llegó a España como supuesto «arrepentido» y dispuesto a convertirse en
«testigo protegido» -y no en imputado- del 'caso de los desaparecidos' que
el magistrado acababa de inaugurar.
El problema surgió, según la declaración leída de Scilingo, cuando los
detenidos se multiplicaron en los centros clandestinos, sin que la Armada
hubiera previsto un plan para hacerlos desaparecer.
Fue entonces -según el imputado- cuando la jerarquía eclesiástica propuso a
la cúpula militar una fórmula para deshacerse de los disidentes con una
«muerte cristiana»: subir a los subversivos a aviones sin que nunca llegaran
a su destino. La Iglesia, según Scilingo, consideraba una muerte digna los
'vuelos de la muerte'.
http://servicios.larioja.com/pg050115/prensa/noticias/Espana/200501/15/RIO-E
SP-067.html